En momentos difíciles que vive nuestro país, es necesario tomar una bocanada de esperanza y pedir al redentor que, con el nacimiento del niño Dios, la paz y la prosperidad sean la luz que nos alumbre a todos. Por eso, y creyente en el niño Manuelito que nace en nuestros corazones este 25 de diciembre, en Agencia Perú rememoramos este acontecimiento de fe y de unión familiar.
La Navidad es la festividad religiosa y cultural más importante y esperada del año. En el Perú, el nacimiento de Jesús se celebra en cada una de sus regiones -incluso en cada hogar- con un sello particular que nos identifica y que ha merecido en varios casos la distinción de Patrimonio de la Nación e incluso mundial.
Conozcamos a continuación las principales festividades y danzas regionales que celebran, con exultación y entrañable sincretismo, marcado por nuestra rica diversidad cultural, la venida al mundo del redentor.
Las Pastoras o pallas (Cajamarca)
En la víspera de la Nochebuena, por todas las plazas de Cajamarca van pasando caravanas bailando pegajosos huaynitos con singulares coreografías alusivas a la llegada del niño Dios. Se trata de las “pastoras” o “pallas” quienes, para tal fecha, han pasado innumerables horas de ensayo y preparación.
Lo particular de esta celebración es que los personajes de José y María embarazada son parte de la comparsa que termina en un punto establecido donde ya se armó un nacimiento ‘en vivo’. Al compás de cánticos, las comparsas rinden homenaje al nacimiento en vivo cuando niños vestidos de pallas y chunchos entonan una serie de villancicos. Una vez terminado los cantos, los niños salen a recitar sus ‘relaciones’, que son poesías, mientras le van dejando humildes regalos; para luego pasar a la cena de compartir. Algunos de estos cantos, versos y poesías de las “relaciones” son:
- La Virgen y San José, iban en romería/ la Virgen va tan cansada, que caminar no podía/sobre una piedra se sienta/mientras posada pedían.
- Ya naciste, Niño lindo/ya naciste, Niño lindo/entre la escarcha y el hielo/quién pudiera Niño Lindo, vestirte de terciopelo.
- Ya salen las vacas del monte Laurel/a dar su aliento al Niño Manuel.
- Baile de alegría, baile de placer/ que estamos viendo al Niñito nacer.
- Con velloncitos de luna, quisiera tu lecho hacer/y entre pañales de pétalos, tu cuerpecito envolver.
- Suenen las sonajas/suene el tamborcito/para divertir al Niño Manuelito.
Para las fiestas de adviento, los hogares cajamarquinos preparan un banquete donde el plato estrella es el picante de cuy con papas o chicharrones con mote. El panetón es reemplazado por bizcochos con forma de bebé, en representación del “niño redentor”, el cual es acompañado con chocolate de cacao y leche fresca de vaca.
Hatajo de Negritos y Las Pallitas
Estas dos expresiones culturales afroperuanas, que se manifiestan durante la celebración de la Navidad, fueron declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el 12 de diciembre del 2019. Ambas danzas tienen como antecedente histórico una larga tradición de danzas y cantos de villancicos frente a los nacimientos, de procedencia española, pero fuertemente asentadas en el Perú desde el siglo XVII.
El Hatajo de Negritos es una danza liderada por un “caporal” que dirige al conjunto e inicia con jolgorio la marcha por calles y caseríos. Un personaje se encarga de “bautizar” con agua bendita a los nuevos integrantes. Todos los danzantes vestidos de blanco representan a esclavos y antiguos pobladores afrodescendientes, transitan a ritmo de zapateo, soltando versos y cargando campanillas adornadas con cintas.
Durante los festejos, los varones visten coloridas bandas y contrabandas, y portan una campana y un vistoso chicotillo con cascabeles. Por su parte, las Pallitas (palabra quechua que alude a doncellas o pastoras) lucen bastones llamados “azucenas” y alternan su recorrido también con zapateo y villancicos. Ellas llevan vestidos de color claro y velos de tul, así como bastones multicolores.
Además de la provincia de Chincha, la danza se repite en Huaral y otras localidades costeras con grupos que utilizan vestuario de colores, bandas de seda ornamentadas y con lentejuelas, además de turbantes y gorritos emplumados. El único instrumento que acompaña la comparsa de las Pallitas es la guitarra, con la finalidad de transmitir alegría y ternura a su paso.
Ambas danzas, declaradas Patrimonio Cultural de la Nación el 7 de junio del 2012, se ejecutan desde el 24 de diciembre para celebrar el nacimiento de Jesús y concluyen el 6 de enero con la Pascua de Reyes.
Negritos de Huánuco
Esta danza emblemática, declarada Patrimonio Cultural de la Nación en julio del 2021, se celebra en la ciudad de Huánuco entre el 24 de diciembre, víspera de la Navidad, y el 20 de enero. En esta danza se expresa la particular visión andina, que procesa y recrea elementos hispanos frente a las condiciones en las que se hacía trabajar a los esclavos negros llevados a las minas y haciendas coloniales desde el siglo XVI. Destaca por su esplendor visual y sus componentes, en un emblema de la tradición popular huanuqueña y de su compleja historia vinculada con la celebración del nacimiento de Jesús.
Desde sus orígenes en el Virreinato, la organización de esta danza estuvo a cargo de las cofradías, organizaciones dedicadas al culto y mantención de los templos, correspondientes a los barrios y anexos antiguos de la ciudad de Huánuco, las cuales organizaban el cuerpo de baile de negritos bajo la modalidad de cuadrillas.
El momento central de la presentación de los Negritos de Huánuco es, sin embargo, el acto de veneración a la imagen del Niño Jesús, el 25 de diciembre. Las cuadrillas llegan bailando a la iglesia y desde el pórtico o ante el altar principal rinden homenaje a la imagen, que es sostenida por los mayordomos y custodiada por los colaboradores de aquellos.
Ante la imagen, los negritos interpretan su danza, sucediéndose de dos en dos los personajes emblemáticos como los caporales, los negritos pampas, los corochanos, los abanderados, y finalmente la dama y el turco, cada uno siguiendo un paso adecuado a su papel, y al compás de las tonadas características de cada personaje. El conjunto de negritos pampas y caporales, y luego el de los corochanos, hacen piruetas especialmente vistosas. Terminado el acto, el conjunto en pleno se arrodilla ante la imagen en acto de devoción.
Negrillos de Andahuaylas
Conocida también como Cuadrilla de Negrillos, esta danza fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 12 de diciembre del 2012. Se interpreta en honor al Niño Dios en las fiestas navideñas de la provincia de Andahuaylas, región Apurímac.
Representa al esclavo afroperuano en un acto de adoración cristiana, presentado con vestimentas formales y coloridas, con pasos de baile elegantes y ágiles. Esta danza está muy difundida en toda la provincia y puede considerarse una variante regional y original de una manifestación cultural practicada en toda la región andina.
Negritos de Huayllán
El 27 de febrero del 2009 se oficializó la declaración como Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Los Negritos de Huayllán, de la provincia de Huarmey, región Áncash. Representa la celebración de los esclavos afroperuanos al nacimiento de Jesús en la fiesta de Navidad.
Sus fervorosos cantos son una expresión de la poesía popular e incluyen, además de los versos dedicados a la adoración al Niño Dios, versos a la mujer huayllana y a las autoridades locales. Se trata de una manifestación cultural que, por la originalidad de su coreografía y de su música, así como el contenido identitario que tiene para sus portadores, constituye una valiosa expresión del patrimonio inmaterial de Áncash.
La Pachahuara
Se trata de una danza que escenifica la Navidad y el advenimiento del Año Nuevo y que se celebra en todo el valle de Yanamarca, ubicado en la provincia de Jauja, región Junín. Es también una alegoría a la libertad de los negros en el Perú, otorgada por el presidente Ramón Castilla, con una ley emitida en la ciudad de Huancayo.
En este baile, los danzantes visten trajes bordados con hilos de plata y exhiben costosas joyas. Lucen también máscaras de cuero negro de formas grotescas y desfilan bailando por calles y plazas.
A esta emblemática danza navideña se suman otras que identifican a toda la región Junín, como la Tunantada, la Huaylijia, las Pastoras, el Corcovado y los Chutos.
Navidad rural en Huancavelica
En el departamento de Huancavelica la Navidad se celebra, sobre todo en las zonas rurales, de manera colectiva. Los habitantes, vestidos con indumentaria tradicional, festejan el nacimiento del Tayta Niño con exultantes danzas y compartiendo potajes típicos.
Una de las manifestaciones más representativas del nacimiento de Jesús se desarrolla en la comunidad de Chopcca, comunidad campesina que fue declarada en el 2014 Patrimonio Cultural de la Nación por su originalidad, representatividad e importancia dentro de la cultura andina. La comunidad está formada por 13 centros poblados menores y tres anexos que se encuentran en los distritos de Yauli y Paucará, ubicados en las provincias de Huancavelica y Acobamba, en un territorio de 10,935 hectáreas.
Precisamente, esta celebración de la Navidad motivó la elaboración del nacimiento andino de Chopcca, obsequiado al papa Francisco y que, desde el 15 de diciembre, se exhibe por primera vez en la Plaza de San Pedro del Vaticano, en Italia, para ser admirada por millones de visitantes de todo el mundo en el corazón de la cristiandad.
En la provincia de Tayacaja se celebra la Navidad en los poblados de Salcahuasi, Pazos, Ahuaycha, Pampas, Cuenca y Surcubamba; mientras que en la provincia de Acobamba la población celebra con gran devoción y algarabía el atipanakuy o competencia de comparsas encabezadas por los caporales.
En Huancavelica se celebra la Fiesta del Niño de Lachoc. Tras la tradicional misa de gallo se adora al Niño en la capilla y, como parte del homenaje, se lleva a cabo la tradicional danza de las tijeras en la modalidad de atipanakuy.
En el centro poblado de San Francisco de Querco, distrito de Laramarca, así como en Santiago de Chocorvos, Santo Domingo de Capillas y otros de la provincia de Huaytará, tiene lugar la Fiesta Navideña del Niño Jesús con manifestaciones costumbristas, en las que destaca el contrapunto del zapateo.
En la provincia de Castrovirreyna se celebra la Navidad tradicional en el distrito de Hauchos, mientras que en el centro poblado de San Francisco de Sangayaico se festeja con danzas costumbristas como la comparsa de los Negritos de Sangayaico. Algo similar sucede en las localidades de Huayllahuara y Lircay.
Atipanakuy Navideño
Esta tradicional danza de la provincia de Huanca Sancos, Ayacucho, interpretada como parte de las festividades de adoración a la imagen del Niño Jesús, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 9 de junio del 2019. Las comparsas del Atipanakuy Navideño están incorporadas en la estructura social de cada localidad; y se componen de diversos personajes y danzantes. En primer lugar, destacan los huamangos o wamangos, personajes que encabezan a la comparsa y que representan a los comerciantes de Huamanga. Luego, los awichakuna o abuelos, personajes jorobados y que llevan un bastón, representando a los danzantes retirados y de mayor edad. Le siguen los danzantes varones y mujeres jóvenes conocidos respectivamente como pastores y guiadoras, y que constituyen el bloque más numeroso de cada comparsa. Finalmente están los willka, interpretados por niños y niñas de hasta 12 años.
La Navidad en la selva
En la selva peruana, las tradiciones se adaptan a la diversidad de esta región. Los pesebres son adornados con hojas de plátano y otras frutas de la región. También realizan las pastoreadas navideñas, donde los niños se disfrazan de "pastorcitos" y recorren los hogares de sus seres queridos para que les regalen dulces y chicha morada.
Tenemos muchos motivos para celebrar esta Navidad, pero cada uno de nosotros y nuestras familias son la razón principal. ¡Felices fiestas!