Las autoridades ambientales peruanas y cientos de pescadores alertaron sobre la contaminación del mar y la fauna en dos áreas naturales protegidas a causa de un derrame de petróleo que se extiende por la región Callao, costa central. Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el crudo afecta a unos 18.000 kilómetros cuadrados en el mar. El ministro de Ambiente, Rubén Ramírez, aseguró que el derrame sería de 6.000 barriles de petróleo, y que la multa que podría recibir la subsidiaria de Repsol ascendería a 138 millones de soles, unos 35 millones de dólares. El vertido se produjo el sábado en una terminal de la refinería La Pampilla, operada por Repsol, horas después de la erupción de un volcán submarino en Tonga.
La empresa informó el domingo de que “la violencia del oleaje” ocurrió en plena faena de descarga del crudo del buque italiano Mare Dorium y que el “derrame limitado” fue “rápidamente superado” con brigadas que “lograron controlar el incidente”. Sin embargo, residentes del distrito de Ventanilla documentan en vídeos desde el fin de semana las playas cubiertas de petróleo y las aves marinas moribundas que intentaban rescatar en rocas y orillas.
La Marina no emitió en Perú una alerta de tsunami como lo hicieron oportunamente el sábado las autoridades en Ecuador y Chile, y solo por la noche comunicó la posibilidad de “oleajes anómalos”, después de conocida la muerte de dos mujeres que paseaban por la orilla de una playa en una camioneta que fue arrastrada por las olas en la costa norte, en la desembocadura de un río.
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) reportó el martes que el derrame de crudo ha “comprometido” la Zona Reservada de Ancón y parte de la reserva nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, zona de refugio de aves marinas que producen guano, un abono natural cuya demanda creció en 2021 ante el incremento del precio de los fertilizantes importados.
Según el Sernanp, perteneciente al Ministerio de Ambiente, dicho sistema está compuesto por 22 islas y once puntas entre la costa y el océano, que conforman un área de conservación de las poblaciones de aves y de mantenimiento de la diversidad biológica de la Corriente de Humboldt que se genera en torno a las islas. En dicha reserva natural, las aves, mamíferos marinos y peces se alimentan de anchoveta. El organismo refirió en un comunicado que llevó un equipo de limpieza para apoyar las labores de remoción del crudo. Desde el lunes, veterinarios y especialistas del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), adscrito al Ministerio de Agricultura, rescataron cormoranes y otras aves cubiertas de petróleo y las llevaron al Parque de la Leyendas, uno de los zoológicos de la capital.
“En mayor cantidad hemos encontrado las aves guanay, piquero, pingüino, zarcillo y el mamífero nutria”, informó por teléfono Pilar Ayala Rojas, especialista de la Administración Forestal y de Fauna Silvestre de Lima que trabajó en el rescate en el litoral. “Ayer estuvimos en las playas de Ventanilla -Bahía Blanca, Costa Azul, y Cavero, esta última es la más afectada- y hoy martes en Pocitas, Las Conchitas y el muelle de Ancón. En Las Pocitas se evidencia un alto porcentaje de petróleo en el agua y en la zona rocosa”, agregó la especialista en fauna.
Según la funcionaria de Serfor Lima, los animales que rescataron estaban “totalmente embarrados en petróleo en el pico, el plumaje y las patas: por lo que no podían moverse. En ese caso, se hizo un baño de emergencia con un detergente antigrasa y luego los secamos en un ambiente cerrado y con temperatura para que no sufran de hipotermia”, explicó. Ayala detalló que las especies que lamentablemente hallaron muertas tenían “restos de petróleo en la zona de las cloacas o los picos, posiblemente hayan ingerido material contaminado y han muerto por ello”.
Es urgente que Repsol tenga una respuesta mucho más eficiente para tratar de aminorar los daños de este atentado ecológico.